Pulsera Epidota — Regeneración que enraíza
La pulsera de epidota vibra como un brote que emerge tras la tormenta. Su verde profundo, a veces con reflejos dorados o terrosos, evoca la fuerza de lo que crece desde lo vivido, no desde lo negado. No es una piedra que disfraza: es una que transforma. Al rodear la muñeca, la epidota acompaña procesos de regeneración emocional, ayudando a soltar lo que ya cumplió su ciclo y a abrir espacio para lo que quiere florecer.
Es una piedra de tránsito consciente, de quienes eligen sanar sin olvidar, de quienes convierten la experiencia en raíz. Su energía no empuja: sostiene. Es ideal para momentos de cambio, duelo, limpieza energética o reinicio vital. La epidota no promete olvido, sino integración. No impone dirección, pero fortalece el paso.
Usos rituales y simbólicos